La coordinación para la adquisición de equipos, la aplicación de un sistema de monitoreo de disponibilidad de salas de terapia intensiva, la capacitación de médicos generales para reforzar el área y la contratación de más personal fueron cuatro de las acciones que acordaron ayer los intensivistas y el Ministerio de Salud. Las medidas se aplicarán para atender de forma conjunta la segunda ola de la Covid-19.
“La adquisición de equipamiento de terapia intensiva será coordinada de manera conjunta con las autoridades pertinentes (profesionales intensivistas), ya que son equipos de alta complejidad para evitar los errores cometidos en el pasado en la compra de (máquinas) sin la capacidad resolutiva necesaria para la pandemia”, dijo ayer la viceministra de Seguros en Salud y Gestión del SUS, Alejandra Hidalgo.
La reunión se realizó ayer en Cochabamba. Ahí se analizó la capacidad de atención de terapia intensiva y se definió trabajar de manera conjunta la implementación de un sistema de monitoreo de disponibilidad de salas de UTI para atender con la mayor celeridad a los pacientes críticos.
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Respecto a los recursos humanos, el Gobierno y los especialistas trabajarán un plan de capacitación dirigida a los médicos generales para que puedan apoyar en la atención de pacientes con la Covid-19 en las áreas rural y urbana, además se dará prioridad a los tres niveles de atención.
Hidalgo adelantó el proyecto de contratación de más recursos humanos. “En cuanto al personal, el Ministerio de Salud y Deportes fortalecerá las unidades de terapia intensiva con profesionales emergenciólogos y de medicina interna. En ese contexto, hoy (ayer) iniciamos el trabajo para realizar estas acciones, nosotros transmitiremos todo lo avanzado a nuestro ministro y las medidas serán aplicadas en el área pública y en la seguridad social”, sostuvo la autoridad.
El presidente de la Sociedad de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Joel Gutiérrez, calificó como productivo el encuentro. “Hemos dado a conocer todas nuestras falencias y reclamos del sector, este es un buen punto de partida para dar soluciones en las unidades de cuidados críticos de todo el país, ya que participaron en la reunión los representantes de las filiales de todo el país”, sostuvo.
Al finalizar el encuentro, la viceministra Hidalgo presentó la propuesta del Gobierno para efectuar los análisis de medicamentos e insumos para las unidades de terapia intensiva. Además, el Gobierno y los especialistas indicaron que ayer dieron inicio a un trabajo conjunto para brindar una atención a pacientes críticos de la Covid-19 con celeridad y coordinación permanente.
Días antes, los intensivistas se declararon en emergencia.
“El trabajo para los médicos de la unidad de terapia intensiva se ha quintuplicado. Lo mismo ha ocurrido con el personal del área”, dijo el jueves el miembro del Comité Científico de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva Patricio Gutiérrez.
El especialista explicó que esta situación ocurre porque antes de la pandemia de la Covid-19, un profesional sólo veía a tres pacientes por turno, pero ahora se encarga de la atención de hasta 20 enfermos. “En ese tiempo no se puede tomar ni un vaso de agua, tampoco se puede almorzar. Cuando se cumple el turno, debemos hacer los papeleos de los pacientes. De esa manera, un profesional se queda un par de horas. Así sale más tarde de lo previsto del hospital”, aseguró.
El presidente de la Sociedad de Medicina Crítica dijo que pese al sacrificio que hacen estos profesionales de salud, en Bolivia sólo se cuenta con 263 especialistas del área, de los cuales el 40% trabajan bajo la modalidad de contrato, sin ítem y con un sueldo “miserable”.
Situación del área
Preocupación Según el presidente de la Sociedad de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Joel Gutiérrez, el sueldo promedio de un especialista de esa área con ítem es de aproximadamente de 15.000 bolivianos. Pero, los profesionales que no cuentan con un ítem son contratados por 8.000 bolivianos. Sin embargo, con los descuentos sacan un salario líquido de aproximadamente 6.500 bolivianos. “Es un sueldo miserable”, reiteró.
Pagina Siete
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