Alemania reforzó este domingo sus controles fronterizos con la República Checa y con Austria con el objetivo de contener las nuevas variantes del COVID-19 y mientras la incidencia de contagios en el país sigue a la baja. Desde la medianoche solo pueden ingresar en el país a través de esas fronteras ciudadanos alemanes o con residencia fija en el país, así como personas que atestigüen otras razones familiares o laborales, además de trabajadores trasnacionales, personal sanitario y transportistas de mercancías.
La incidencia acumulada en siete días por 100.000 habitantes se situó en Alemania este domingo en 57,4 casos, lo que confirma el descenso continuado que viene observándose desde hace semanas. El máximo nivel se registró el 22 de diciembre, con 197,6 casos. En las últimas 24 horas se verificaron 6.114 nuevas infecciones y 218 víctimas mortales, según los datos actualizados del Instituto Robert Koch de virología (RKI). Durante los fines de semana lo habitual es que las cifras sean bajas, ya que se ralentiza la transmisión de datos.
Fuente: DW.

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