El escándalo que estalló en Argentina al descubrirse que políticos y sus familiares lograron «vacunaciones de privilegio» contra la Covid-19 se ha convertido en un golpe más duro de lo esperado para el presidente Alberto Fernández.
Un comentario casual en la radio del periodista Horacio Verbitsky, quien el viernes contó que se vacunó gracias a su amistad con quien era en ese momento el ministro de Salud, Ginés González García, desató una ola de repudio inmediata.
Aunque Fernández solicitó en seguida la renuncia del ministro y decidió luego publicar la lista de los 70 vacunados, las críticas a su gobierno no cesan y el mandatario muestra su irritación.

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«Terminemos con la payasada: no hay ningún tipo penal en Argentina que diga ‘será castigado el que vacuna a otro que se adelantó en la fila'», exclamó Fernández este martes en México, donde se encuentra de visita, al reaccionar a denuncias judiciales y un allanamiento al ministerio de Salud.
Página Siete
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