Los productores pecuarios defienden la banda de precios y los cupos fijados por el Gobierno, debido a que las industrias que procesan la soya buscan vender a costo alto los subproductos del grano, como la harina solvente de soya.

“Los avicultores a nivel nacional, los porcinos de Santa Cruz, y los lecheros de Cochabamba, es decir, la pecuaria nacional, defendemos el cupo y la banda de precios; condenamos la mala intención de los industriales y de Anapo. Nosotros estamos con los pequeños y medianos productores de soya, que son engañados”, manifestó el vicepresidente de la Federación Nacional de Avicultores, Winston Ortiz.
El representante mencionó que la banda no es la que determina el precio que debe pagar el industrial de oleaginosas a los productores soyeros, ya que la cantidad máxima a ser destinada en el mercado interno sólo alcanza máximo a 30%, el resto es negociado en el mercado externo.
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“So pretexto de la banda de precios, los industriales quieren pagar barato el 100% del grano de soya, cuando nosotros consumimos máximo un 30%. Ahí hay un chantaje de parte de los industriales a los pequeños productores soyeros”, afirmó Ortiz.
Dijo que como sector rechazan el discurso recurrente de la industria aceitera en el sentido que ellos subvencionan la harina de soya, ya que denota información “maliciosa”, y que sólo busca enfrentar a los productores de soya con los pecuarios.
“Ellos quieren a toda costa sacar el mayor rédito pagando menos al productor soyero y cobrándonos caro a los pecuarios por la harina de soya. Es decir que, hay una desproporcionalidad, una mala intención de la industria oleaginosa en confrontarnos entre productores de soya y los pecuarios”, cuestionó.
En su criterio, la solución está en manos de los ministerios de Desarrollo Productivo y de Desarrollo Rural, instancias que deben hacer cumplir normas y resoluciones aprobadas recientemente.
“La otra solución es que los pequeños y medianos productores soyeros construyan sus fábricas de harina de soya, a quienes será preferible comprarles mediante el pago justo y real, sin manipularlo, como lo hacen las industrias”, manifestó Ortiz.
En la gestión del gobierno de transición, se levantó la banda y la industria vendió a precio de mercado los subproductos de soya a los pecuarios, añadió.
El vicepresidente de la Asociación Departamental de Productores de Cerdo (Adepor) Santa Cruz, Egon Wachtel, indicó que los productores no tienen nada que ver con las diferencias surgidas entre los industriales y los productores de soya.
“Nosotros no fijamos el precio, sino tomamos. Por decreto se señala el precio de referencia en el que puede haber una pequeña diferencia, para que de ahí salga un precio justo, correcto y se pueda vender en el mercado local que no consume más del 20% del grano de soya”, afirmó.
El 24 de diciembre de 2020, mediante la Resolución biministerial No 010/2020 se actualizó la banda de precios para la venta de harina solvente de soya a un mínimo de 281 dólares la tonelada y un máximo de 295 dólares.
La banda de precios obliga a que la industria oleaginosa venda a “precio justo” en el mercado interno los subproductos como harina de soya solvente, harina de soya integral y cascarilla de soya, que son fuente de proteínas para el sector pecuario, según el Ministerio de Desarrollo Productivo.
Ayer se cumplió la segunda jornada de bloqueos del sector soyero en ocho puntos de Santa Cruz, aunque hubo un cuarto intermedio de una hora y media para que los vehículos varados pasen. Los productores señalan que un precio justo para el sector debería ser de 430 a 450 dólares la tonelada.
El cierre de rutas que realizan los productores del grano es con escombros de tierra y maquinaria agrícola.
Pagina Siete
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