En los últimos años, el flujo de dinero enviado por los migrantes bolivianos a sus familiares desde Chile ha crecido exponencialmente. En 2013, las remesas procedentes de ese país apenas representaban el 6,1% y, actualmente, ya llegan al 21,6% del total.
Entre 2013 y 2022, las remesas procedentes de ese país han pasado de $us 72,1 millones a $us 310,4 millones, un crecimiento del 330,5% (más de cuatro veces en 10 años), según los datos procesados por La Razón en base a la información periódica que publica el Banco Central de Bolivia (BCB) en su página web.
Bolivia recibe, principalmente, remesas de España, Chile, Estados Unidos, Argentina y Brasil, además de casi una veintena de países en todo el mundo.
Chile es un caso especial, porque en la última década ha pasado del quinto al segundo lugar como país origen para el envío de remesas familiares al país. Primero desplazó a Brasil, luego a Argentina y desde hace dos años a Estados Unidos, según el análisis realizado por La Razón.
Los inmigrantes bolivianos, mayoritariamente, llegan a laborar a ciudades del norte de Chile como Calama o Iquique, atraídos por las posibilidades de un puesto de trabajo, ya sea en la minería o en el sector servicios que se ha desarrollado a partir del auge minero. También en la zona norte, en Arica y Parinacota, el trabajo agrícola ocupa mucha población boliviana.

Pero no son los únicos rubros. En el último quinquenio, el servicio doméstico así como el cuidado de ancianos y niños —que antes era dominado por los inmigrantes peruanos— en la ciudad de Iquique está cubierto ahora en parte por mujeres bolivianas.
DOMÉSTICO.
Según una investigación de SciELO Chile, las cuidadoras bolivianas optan, por lo general, por el trabajo doméstico puertas adentro. “De las diez entrevistadas, ocho trabajan bajo esta modalidad. Esta es la opción preferida, pues así ellas pueden ahorrarse el pago de alojamiento. La totalidad de las entrevistadas envía remesas a sus familias, tanto aquellas que tienen hijos pequeños como las que tienen hijos adultos y que han formado ya su propia familia”, reseña.
Cabe señalar que si antes era España uno de los destinos favoritos de la migración boliviana, debido a la crisis económica que experimentó este país europeo en los últimos años, ésta se redirigió a Chile.
Los connacionales viajan a Chile por los altos salarios que se pagan, pese al elevado costo de vida en el país trasandino.
ESTADÍSTICA.
Las remesas familiares enviadas al país por los bolivianos que trabajan en el exterior alcanzaron el récord histórico de $us 1.437 millones en 2022.
“Se trata del valor en remesas más alto alcanzado en todo el tiempo que se lleva el registro de este indicador, más aún considerando un contexto internacional afectado por la pandemia de COVID- 19, entre otros factores adversos”, indicó el 23 de febrero en conferencia de prensa el presidente del ente emisor, Edwin Rojas.
Por país de origen, las remesas procedieron principalmente de España (31,4%), Chile (21,6%), Estados Unidos (20,7%), Brasil (5,8%) y Argentina (4,7%).
Si comparamos país por país, las remesas provenientes de España se han mantenido constantes desde 2013 hasta 2019. Sin embargo, en los últimos tres años los flujos han empezado a caer.
En el caso de Estados Unidos, la tendencia es que los flujos de dinero hacia el país sigan subiendo. Por ejemplo, entre 2021 y 2022, las remesas provenientes del país del norte crecieron en 30,4%, de $us 228,1 millones a $us 297,5 millones, siempre según el análisis realizado por La Razón en base a los datos del Banco Central.
En la última década, el flujo de dinero proveniente de las remesas llegó a $us 12.656,8 millones. El 39,3% tienen como origen España, el 17,7% Estados Unidos y el 11,9% Chile. Entre los tres suman el 68,9% de las remesas familiares.

Más de 132.000 bolivianos residen en el país vecino
En 13 años (2009-2021), la cifra de los inmigrantes bolivianos en Chile se ha más que quintuplicado, al haber pasado de 24.116 a 132.094 residentes en el país vecino.
Según el “Informe de Resultados de la Estimación de Personas Extranjeras Residentes en Chile al 31 de Diciembre de 2021”, los mayores porcentajes del colectivo de Bolivia se ubican en las regiones del norte de ese país, principalmente en Tarapacá con 46,4% (cifra que en 2020 se situó en 45,7%) del total de personas foráneas.
REGIONES.
Le siguen Antofagasta (38,6%), Arica y Parinacota (38,2%), y Atacama (33,7%), se lee en el documento que es elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones de Chile.
A raíz del ingreso masivo de migrantes a Chile en los últimos años, el Gobierno chileno empezó a desplegar desde el 27 de febrero pasado a efectivos militares para resguardar las fronteras con Perú y Bolivia, en un intento por controlar el ingreso de migrantes por pasos no habilitados.

MILITARIZADO.
La labor de los soldados durará 90 días y regirá en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, según un decreto del gobierno del presidente Gabriel Boric.
Las unidades militares podrán realizar controles de identidad y detener a personas que ingresen o egresen por un paso no habilitado de la frontera, para luego entregarlas a la Policía local.
El decreto de ley emitido por el Gobierno argumenta que existe un aumento de los flujos migratorios en el país, que ha provocado “la llegada masiva de población a través de pasos no habilitados”.
El alcalde Javier García del municipio de Colchane, uno de los puntos fronterizos donde se activará la medida, denunció en una radio local que ingresan cerca de 400 personas al día a través de pasos no habilitados. Chile registra un aumento de inmigrantes de países cercanos pero especialmente de Venezuela.
El poblado andino de Colchane, en la frontera con Bolivia, es el paso más utilizado de extranjeros para ingresar a Chile, donde han muerto decenas de personas durante los últimos años. Quienes logran llegar a ciudades chilenas se han instalado en carpas o en plazas o caminan a la deriva pidiendo ayuda.
Esta medida se suma a otras tomadas por Chile en los últimos años, para intentar controlar el flujo migratorio del norte.
La Razón