Una de las regiones más afectadas por las inundaciones en el este de Libia, fue la ciudad de Derna, una catástrofe que dejó cerca de 3.300 muertos.
Los ciudadanos que quedaron damnificados y perdieron sus viviendas, se movilizaron para exigir a las autoridades una rendición de cuentas por su gestión tras las inundaciones. Centenares de personas se concentraron delante de la gran mezquita e hicieron proclamas contra las autoridades de la franja oriental.
“El pueblo quiere la caída del Parlamento”, “Aguila (Saleh, jefe del gobierno del este) es el enemigo de Dios” o “Aquellos que han robado o traicionado deben ser colgados”, gritaban los manifestantes.

Tras la movilización, la multitud quemó la casa del alcalde de esa localidad. Y es que la respuesta a las inundaciones y la organización de tareas de rescate fueron obstaculizadas por el caos político reina persistente en Libia desde 2011.
Actualmente, Libia tiene dos gobiernos enfrentados, uno en Trípoli, reconocido por la ONU, y otro en el este, la zona afectada por la tragedia.
RED UNO



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