En lo que va de año, al menos 34 menores palestinos han fallecido en Cisjordania, asesinados por soldados o miembros de la Policía en zonas de ocupación, según ha denunciado la ONG Human Rights Watch. Unas muertes que tienen lugar sin la obligación de rendir cuentas.
“Estamos en los niveles más altos desde hace una quincena de años, desde casi la segunda Intifada”, asegura Eric Goldstein, director adjunto para Oriente Medio de HRW. El informe del organismo precisa además que “no se abren investigaciones de forma automática cuando hay un fallecido. El problema principal es que hay casi inmunidad total”.
Entre 2017 y 2021, menos del 1% de las denuncias por violaciones cometidas por las fuerzas militares de Israel contra pelestinos, principalemente asesinatos y otros abusos, han terminado en acusaciones formales, según datos de Yesh Din, grupo israelí de defensa de los derechos humanos.
Disparos contra menores desarmados y por la espalda
Human Rights Watch ha realizado una investigación sobre cuatro casos específicos de tiroteos mortales por parte de las fuerzas israelíes que se han saldado con la muerte de menores palestinos entre noviembre de 2022 y marzo de 2023.
El más destacado es el de Mahmoud al-Sadi, de 17 años, que falleció por un disparo de fuerzas israelíes cuando iba a la escuela cerca del campo de refugiados de Yenín el 21 de noviembre de 2022.
Soldados israelíes habían llevado a cabo una incursión en la zona que dio lugar a un tiroteo. Sin embargo, según testigos, la balacera tuvo lugar a más de 300 metros de donde el joven fue abatido.
Mahmoud esperaba desde lejos, al borde una carretera, que los disparos terminasen. No estaba armado ni portaba ningún tipo de proyectil, tal como HRW ha verificado en imágenes de video vigilancia. Una vez terminado el tiroteo, cuando los soldados se retiraban, una bala procedente de un vehículo militar a 100 metros de distancia alcanzaba al joven. En las cercanías no se encontraba ningún combatiente palestino.
En los otros casos, en los que sí había lanzamientos de piedras o cócteles molotov, Human Rights Watch denuncia disparos por la espalda, incluso en situaciones en las que los menores estaban huyendo y ya no representaban una amenaza.
El periódico israelí Haaretz publicaba en enero que “desde diciembre de 2021, los soldados están autorizados a disparar contra palestinos en fuga si antes han lanzado piedras o cócteles molotov”. En el caso de la Policía, sus reglas permiten el uso de armas de fuego contra personas que lancen piedras, cócteles molotov o fuegos artificiales únicamente si suponen “un riesgo inminente para la vida o la integridad corporal”.
Llamamiento a la comunidad internacional
En su informe, HRW pide a las Naciones Unidas que incluyan a las Fuerzas Armadas Israelíes como responsables de actos mortales o que causan lesiones a los niños palestinos en su informe anual de este 2023 de violaciones graves contra menores en conflictos armados.
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También se pide a Estados Unidos que intervenga. “A menos que los aliados de Israel, especialmente Estados Unidos, presionen al país para que cambie de rumbo, los niños palestinos seguirán siendo asesinados”, denuncia Bill Van Esveld, director adjunto de la división de Derechos de los Niños de Human Rights Watch.
Agencias
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