Este lunes, durante el 66º periodo de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se desarrolla en Viena, Austria, el vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca junto al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, recordaron a todas las comisiones del mundo la importancia de revalorizar el cultivo ancestral de la hoja de coca y no criminalizar al productor del arbusto, informó RED UNO.
“No necesitamos criminalizar a nuestros productores de la hoja de coca, como no criminalizamos a los que comercializan combustible (…). La hoja de coca no es cocaína, la hoja de coca es un alimento y una medicina ancestral y se debe revalorizar, es lo que estamos haciendo como Bolivia”, manifestó, según informa la agencia ABI.
El ministro recordó que, de acuerdo con un reporte institucional, Bolivia pasó de tener el 20% de la producción mundial de la hoja de coca, a solo el 10%, siendo el único país que ha logrado una estabilización y control de este cultivo.
“Más de 22 mil hectáreas de la hoja de coca que se producen en el país van al consumo local, ¿Qué se hace para no criminalizar a los productores de la hoja de coca?, estamos trabajando para la creación de la empresa Kokabol, que básicamente generará una industria química a partir de la hoja de coca, estamos sacando todas sus propiedades, estamos sacando fuentes y recursos alternativos a nuestros productores de la hoja de coca”, sentenció y dijo que el cultivo milenario es un gran aliado para diversas enfermedades y tiene decenas de propiedades que benefician al ser humano.
En ese sentido, Bolivia anunció que iniciará un procedimiento para acabar con la prohibición internacional de la hoja de coca. “En 1961 se cometió un error histórico”, dijo Choquehuanca, al recordar el año en el que se aprobó la Convención sobre drogas que prohíbe la hoja de coca.
A su vez, el vicepresidente explicó en una rueda de prensa que Bolivia hará uso de su derecho como signatario de los tratados internacionales para pedir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una “revisión crítica” de las propiedades de la hoja de coca.
La hoja de coca se encuentra en la Lista I de la Convención Única de 1961, donde se sitúan las sustancias más peligrosas y bajo un control internacional más estricto, como la heroína y la cocaína, entre otras.
“El uso ritual de la hoja de coca no es toxicomanía”, afirmó el vicepresidente boliviano, que criticó lo que llamó “seis décadas de discriminación y colonización” por la prohibición de la hoja de coca, reporta la agencia EFE.
“Cuando las leyes son ineficientes, la justicia es injusta”, afirmó Choquehuanca, quien indicó que en las “próximas semanas” el país iniciará el proceso legal al dirigir una carta al secretario general de la ONU, António Guterres.
Los expertos de la OMS deberán entonces elaborar un informe estudiando las propiedades, toxicología y efectos nocivos de la coca, lo que llevará al menos un año, y después dirigirán una recomendación a los 53 países de la Comisión, que pueden adoptarla o someterla a votación. La recomendación de la OMS puede consistir en mantener el control internacional actual, eliminarlo o situar la hoja de coca en otra de las listas -menos estrictas- de sustancias bajo fiscalización internacional. Como muy pronto, la decisión sobre la hoja de coca se votará -por mayoría simple- en la Comisión de Estupefacientes a finales de 2024 o principios de 2025.
Choqueahuanca se mostró confiado en que el estudio científico de la OMS permita “desclasificar” a la hoja de coca como sustancia bajo control internacional.
“Estamos convencidos, a la luz de estudios científicos, a la luz de la verdad, de que la hoja de coca no debería de estar en la Lista I. El mundo necesita conocer la verdad basada en la ciencia”, subrayó.
Bolivia ha logrado varias reservas y excepciones nacionales en el empleo de la hoja de coca, incluido el masticado tradicional, pero hasta ahora no intentó cambiar la prohibición global.
En Bolivia es legal el cultivo de hasta 22.500 hectáreas de coca para su consumo tradicional, ya sea masticado o en infusiones, y más de 100.000 familias dependen de ese cultivo. El vicepresidente subrayó en varias ocasiones que la hoja de coca no es cocaína y que el gobierno está plenamente comprometido en luchar contra el narcotráfico.
“Nosotros, como pueblos milenarios, tenemos derecho a exportar, a comercializar, a industrializar la sagrada hoja de coca”, concluyó el vicepresidente.