Con la voz quebrada por la emoción, Fernando Larach juró anoche como nuevo presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz. No habló del revocatorio, invocó a la unidad, y apuntó a la reforma judicial y un nuevo padrón electoral como una prioridad de su gestión. Dijo que la misma se apoyará en cuatro pilares: promover la unidad, defender la democracia y libertad, trabajar por una justicia imparcial y promover la seguridad jurídica y el Estado de Derecho.
“Tener una justicia imparcial y libre de toda injerencia política es uno de nuestros pilares fundamentales. En la gestión que emprendemos, promoveremos la adhesión ciudadana a la recolección de firmas, para que mediante referendo se exija una reforma parcial de la Constitución que permita que jueces y fiscales sean ciudadanos idóneos, honestos y probos”, dijo Larach.
Añadió que en tanto se avance en esta iniciativa, también se promoverá que, mediante una ley nacional, sean las Asambleas Legislativas Departamentales las que elaboren y aprueben “ternas autonómicas”. Éstas servirían para la preselección de candidatos al Órgano Judicial.
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“Nos proponemos realizar esfuerzos y acciones para que antes de 2025 tengamos un nuevo padrón electoral ajeno a toda manipulación. Nuestra premisa es y será que la voluntad del pueblo expresada en las urnas se respete, se preserve y se cumpla, libre de la injerencia autoritaria de cualquier gobierno en turno”, añadió el flamante líder cívico.
En su alocución sobre el tema electoral no hizo referencia al revocatorio al mandato de Luis Arce. Tampoco se refirió al plazo dado por la gestión de Rómulo Calvo para activar el proceso y que se cumplió ayer.
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Apuntó a fiscalizar a la Gobernación y la Alcaldía de Santa Cruz, para que ambas instituciones cumplan con las expectativas por las que se las eligió.
Para cumplir con sus metas convocó a la unidad del pueblo cruceño, sin reproches ni resentimientos. Afirmó que es la única forma de avanzar y de irradiar su esencia a todo el país.
“La tarea es ardua, sin duda, y el panorama, complejo. Requiere, ante todo, unidad y cohesión de la sociedad civil de Santa Cruz y planificación de la institucionalidad. La unidad será nuestra principal fortaleza”, afirmó Larach.
Se definió como uno de los convencidos de que el diálogo y la concertación, con cualquier funcionario público que tenga poder de decisión, es la mejor forma de representar los intereses de la sociedad. Sin apelar, inicialmente, a la confrontación.
“Sentarse en una mesa con actores políticos no nos hace traidores. Es nuestra responsabilidad priorizar soluciones antes que la presión”, aseveró.
Resaltó que desde el Comité se plantea el reto de enamorar a toda Bolivia. Sostuvo que una epidemia de cruceñidad, que invada cada rincón del país, podrá contribuir a un saludable entendimiento que permita que todos crezcan. “Para que el esfuerzo sea equitativo y el rendimiento sea ecuánime. Para que surjan polos de desarrollo en otros departamentos; para que los recursos y la productividad no se concentre sólo en una región; para que se abran nuevos mercados internos y que el empleo no surja sólo en el oriente. Para que se distribuyan mejor los fondos públicos y el centralismo deje de ver a Santa Cruz como su enemigo eterno”, dijo.
Calvo: “Me voy con 27 juicios injustos”
El ahora expresidente del Comité Cívico Rómulo Calvo manifestó que deja el cargo como un preso político y perseguido que lleva a cuestas 27 juicios. Destacó las luchas cívicas que tuvo que enfrentar.
“Han sido un poco más de tres años de gestión como presidente, en tiempos complicados, marcados por la persecución e inseguridad, el odio racial a Santa Cruz y el revanchismo político. Entré a representar a la cruceñidad como un ciudadano común, sin proceso judicial alguno; salgo como un perseguido y preso político, con 27 juicios injustos iniciados en mi contra”, expresó Calvo en su discurso de despedida.
Nombró entre las luchas que debió encarar al paro “más extenso de la historia”, al cabildo más multitudinario y las movilizaciones por las que las leyes “negativas y nefastas” fueron abrogadas.
“Ésa es mi mayor retribución. Puedo irme tranquilo, con mil procesos, no importa, pero en paz conmigo mismo. Lo obtenido no tiene precio y es la conquista de todos ustedes”, sostuvo antes de abandonar la asamblea.
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Página Siete