Alika Ogorchukwu fue golpeado con brutalidad con su propia muleta, agonizó en plena calle durante cuatro minutos y murió. Ninguno de los que pasaba cerca se acercó para brindarle ayuda y murió en total indiferencia.
Era un inmigrante nigeriano que se dedicaba a vender productos de forma ambulante en las calles céntricas de la ciudad de Civitanova Marche. Tenía 39 años, estaba casado y era padre de un niño de 8.
El asesinato ocurrió el viernes, cuando Alika fue víctima de una descomunal ferocidad por parte de un sujeto italiano llamado Filippo Claudio Ferlazzo, de 32.
Este individuo se habría enojado con el nigeriano debido a un supuesto comentario que habría hecho el africano sobre su novia.
Entonces, el agresor se enfrascó en una riña, tomó la muleta que usaba Alika y, con ella, le dio muerte.
El vendedor ambulante agonizó en la calle durante cuatro minutos, tiempo en el que ninguno de los transeúntes que evidenció la escena se acercó siquiera a saber cómo estaba.
“El asesinato de Alika Ogorchukwu sobrecoge. La ferocidad inaudita. La indiferencia extendida. No puede haber justificaciones ni basta el silencio. El último ultraje a Alika sería pasar página y olvidar”, criticó el líder del Partido Demócrata, Enrico Letta, citado por Infobae.
Por el crimen, Ferlazzo se encuentra tras las rejas y es sindicado por los delitos de homicidio voluntario y robo, tomando en cuenta que tras dejarlo botado, el sujeto se llevó el celular del nigeriano.
Tomado de EFE
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