Era la noche del 5 de junio del 2002, la familia Smart acababa de cenar y se preparaba para irse dormir en su casa ubicada en Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. Edward Smart, el padre de los niños, verificó que las puertas estuvieran cerradas y sus hijos acostados, aunque no activó la alarma de la vivienda, ya que jamás se imaginó lo que estaba por ocurrir.
Cerca de las 2 de la madrugada, Elizabeth Smart de 14 años dormía en la misma habitación con su hermana de 9 años. Se despertó al sentir una presión su garganta: tenía un cuchillo en su cuello que sostenía un hombre completamente vestido de negro.
El hombre le exigió a Elizabeth que saliera de la cama mientras Mary Katherine estaba shockeada por el horror. fue la única testigo presencial del secuestro de su hermana.
La búsqueda
Poco después de lo sucedido se disparó la alerta y la noticia comenzó a circular por radio y televisión. La familia ofreció una recompensa de 250 mil dólares y la policía 10 mil dólares más. Una legión de voluntarios formada por 700 personas más 25 policías y el FBI encabezaron la búsqueda.
Las pistas que llegaban eran muchas. Tenían un llamado por minuto, nada concreto. En medio de la angustia y la locura Edward Smart tuvo que ser hospitalizado por el estrés que estaba atravesando.
La desaparición de la joven se hizo conocida nacional e internacionalmente. En todas partes circulaban imágenes de la muchacha. Se supo que sus secuestradores la habían llevado a varios sitios, incluidas algunas reuniones y fiestas.
Mary Katherine fue clave
El 12 de octubre de 2002, a cuatro meses del secuestro, Mary Katherine empezó a recordar lo sucedido aquella noche.
La familia Smart ofreció una recompensa de 250 mil dólares como recompensa por Elizabeth.
De pronto, la pequeña pudo reconocer la cara del captor de su hermana.Ella recordó que ese sujeto era el mismo que les había reparado el techo meses antes. De inmediato, fueron a la policía en donde la menor de los Smart realizó un identikit del secuestrador.
Como el caso era muy conocido y generó un enorme revuelo mediático, las imágenes se dieron a conocer en todos los programas de TV estadounidenses. Los hijos de Edward Smart lo identificaron claramente con nombre apellido: Brian David Mitchell.
Brian David Mitchell, detenido y condenado.
El programa de tv America‘s Most Wanted tenía una audiencia de más de diez millones de espectadores y se habían dado dos capítulos sobre Elizabeth. La difusión había sido crucial.
Había que encontrar al culpable. Ahora, las autoridades, corrían con ventaja: todo el país conocía su cara y su nombre.
Esta historia no tiene un solo imputado. Wanda Barzee, esposa de Brian David Mitchell, fue cómplice de torturar a Elizabeth durante los nueve meses que duró el secuestro.
Mira también
La joven contó su historia en libros y documentales.
Durante el cautiverio, Mitchell abusó de la joven diariamente, según él por “revelación de Dios”. Incluso, llegó a oficiar una ceremonia mormona en la que contrajo matrimonio con Elizabeth.
El calvario se terminó en marzo de 2003, la joven fue vista junto a sus captores a apenas 30 kilómetros de su casa. La Policía acudió rápidamente y encontró a Mitchell junto con su mujer y a Smart en un coche. Tras identificar a Elizabeth, detuvo a sus secuestradores bajo los cargos de: asalto, secuestro y acoso sexual.
La cara del secuestrador, en una imagen de 2005.
Nueve meses de tortura
“Recuerdo que me obligaban a tomar alcohol. Una vez me hicieron tomar tanto que vomité, perdí el conocimiento y ellos me dejaron atada a un árbol toda la noche. La sensación que ella irradiaba era oscura, malvada”, contó tiempo después la joven.
Wanda Barzee testificó contra su marido. Dijo que él manifestaba el deseo de secuestrar mujeres jóvenes y relató cómo preparó el lugar para recibir a Elizabeth aquel día.
Wanda Barzee fue cómplice de Brian David Mitchell en el secuestro y tortura de la joven.
Brian David Mitchell (hoy tiene 68 años) fue declarado culpable de todos los cargos y en mayo de 2011 condenado a dos cadenas perpetuas.
Wanda que, al momento de su condena, ya llevaba siete años de cárcel. En 2018 quedó en libertad bajo palabra con 72 años. Para acceder a este beneficio tuvo que cumplir dos requisitos: registrarse como delincuente sexual e inscribirse en un programa para tratar enfermedades mentales.
La historia de Elizabeth Smart, el secuestro que conmovio a los Estados Unidos.
Cuando liberaron a Wanda, Elizabeth, quien tenía ya 30 años, dijo para un medio estadounidense: “Creo sinceramente que es una amenaza. Se trata de una mujer que tenía seis niños, y aun así conspiró para secuestrar a una niña de 14 años y no solo se sentó al lado de ella mientras estaba siendo violada, también animó a su marido a que continuara violándome”.
Elizabeth Smart, un testimonio de vida
El 8 de marzo de 2006, Elizabeth habló en el Congreso de Estados Unidos para apoyar una ley sobre los predadores sexuales y la instrumentación del Alerta AMBER. Este es un protocolo que se instrumenta hoy cuando hay un menor desaparecido.
En 2011, creó una fundación que lleva su nombre para combatir la violencia sexual. Ese mismo año, Elizabeth fue distinguida con el premio Diane von Furstenberg Award.
Elizabeth Smart presentó libros, dio conferencias y produjo documentales contando su historia.
La cadena ABC News anunció que ella trabajaría como comentarista en temas que tuvieran que ver con la desaparición de personas.
En 2013, escribió Mi Historia, que fue publicada por St. Martin‘s Press.
La historia de Elizabeth Smart inspiró un documental.
En 2016 trabajó para el true-crime show Crime Watch Daily. Y en 2017, en el aniversario número 15 de su secuestro se estrenó: Yo soy Elizabeth Smart, una película narrada y producida por ella.
En 2018 escribió un libro que tituló There ‘s Hope: Healing, Moving Forward, and Never Giving Up.
Hoy, Elizabeth sigue dando charlas en diferentes universidades de Estados Unidos contando su historia de principio a fin. La mujer se volvió una abanderada en la lucha contra la desaparición de personas y la violencia sexual en Norteamérica.
Clarín
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