La reciente destrucción de nueve fábricas de sustancias controladas en la frontera entre los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz a raíz de las investigaciones a los “narco tiktokers”, evidencia que Bolivia pasó de ser un país de tránsito a productor de droga, afirman los analistas Carlos Cordero y Paúl Coca.
“Vivimos en una guerra de desinformación. Hay pruebas, no solamente lo que dice el ministro (de Gobierno), sino en las redes sociales, lo que dicen organismos internacionales y las incautaciones que se hacen en distintos lugares que prueban pues de que Bolivia no solamente es un país de tránsito, sino es un productor de sustancias ilícitas”, afirmó Cordero a la ANF.
Manifestó que los otros líderes del Movimiento al Socialismo (MAS), regionales e incluso diputados nacionales, lo que hacen es negar el hecho de que de la producción de coca en el Chapare está dirigida a la producción de sustancias ilícitas.
“Entonces, lo que vivimos es una guerra de desinformación con el ánimo de generar eso, primero distraer la atención pública y segundo confundir a la opinión pública”, acotó Cordero, no obstante la destrucción de nueve fábricas en el Chapare demuestran lo contrario.
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