La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, informó este sábado que el Ejecutivo envió un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) para que se apruebe la imprescriptibilidad de delitos sexuales cometidos contra niñas, niños y adolescentes y de esa forma se garantice el acceso a la justicia a los sectores más vulnerables de la sociedad. La propuesta se da luego de conocerse denuncias de actos de pederastia cometidos por sacerdotes jesuitas y luego de que la Procuraduría General del Estado contabilizó a 200 víctimas abusos cometidos por sacerdotes en el país.
“Hemos concluido un anteproyecto de Ley de Lucha Contra la Impunidad en Delitos Sexuales Contra Infantes, Niñas, Niños y Adolescentes. Este proyecto de ley ya ha sido remitido a la Asamblea Legislativa Plurinacional”, informó la ministra de la Presidencia, María Nela Prado.
Explicó que se hizo la norma debido a que una de las problemáticas por las que los delitos sexuales contra niños queden en la impunidad es el silencio y el no denunciar estos casos, a raíz de que los niños no se dan cuenta en ese momento del daño que les causan.
Acotó que la niñez muchas veces por temor o por amenazas o extorsiones que reciben, guardan silencio de los abusos a los que les somete. Remarcó la importancia de la educación frente a estas situaciones.
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La ministra dijo que cuando estos niños son adultos y quieren denunciar los abusos que sufrieron, entonces se topan con el sistema judicial que les responde que el delito ha prescrito porque han pasado muchos años del hecho. Remarcó que todas estas situaciones dan paso a la impunidad y a que no haya justicia para las víctimas.
Por esa razón, se remitió un proyecto de ley al Legislativo y aguarda que se priorice su tratamiento y con celeridad se apruebe la norma.
“En primer lugar, (la norma) establece la imprescriptibilidad de todos los delitos sexuales tipificados en el artículo 11vo del Código Penal, cuando las víctimas sean niñas, niños o adolescentes. Lo que significa que en adelante estos delitos contra nuestra niñez podrán ser investigados y juzgados cualquiera sea la fecha en que se hayan cometido, de modo que los que sean declarados culpables sean efectivamente castigados”, manifestó la autoridad.
La norma impulsa algunas modificaciones al sistema penal, en ncunato se refiere a delitos sexuales contra menores. La ministra remarcó que son imprescriptibles estos delitos tanto en la acción como en la pena.
Dijo que el proyecto también busca la protección del Estado frente a estos ilícitos para actuar de manera coordinada con las instancias respectivas en busca de que se haga justicia.
Prada indicó que la norma tiene por objeto establecer mecanismos de lucha contra la impunidad de delitos cometidos contra la niñez y que el Estado garantice a las víctimas acceso a la justicia, patrocinio legal, acompañamiento y tratamientos psicológicos y asistencia médica.
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La ministra señaló que está en manos del Legislativo debatir esta normativa, lo que se busca es que se aplique a todos los casos, no solo de ahora en adelante, se puedan abordar e investigar.
Prada mencionó que el Gobierno, desde el primero momento en que se conocieron los casos de pederastia que implican a sacerdotes, condenó esos ilícitos y exigió se sancione con todo el peso de la ley a los involucrados.
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La autoridad exigió a la Iglesia pronunciarse de manera contundente y exigir celeridad para sancionar a autores y cómplices de actos de pederastia. Para la ministra, los obispos de la Iglesia, así como se pronuncian sobre política en los sermones de cada domingo, también deben pronunciarse para que o haya impunidad en estos casos de abusos contra la niñez.
Cuestionó que la Iglesia haya permitido que sacerdotes de otros países, con denuncias de violación, terminen siendo enviados al país.
“No somos un basurero de violadores. Y aquí vamos a hacer respetar la ley y los derechos de nuestra niñez, más allá de posiciones o de creencias religiosas que la podemos tener”, aseguró.
La reacción surge después de que se conoció que el sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas, más conocido como Pica, confesó sus crímenes en un diario de 383 páginas que escribió y aunque no fue muy explícito, sus memorias hablan por sí solas, por eso su sobrino Fernando -cuando leyó esos documentos- no dudó en denunciarlo. El diario español El País reveló el contenido de ese diario el domingo 30 de abril con todos los detalles y la Compañía de Jesús reconoció que el caso era cierto y que había llegado dos denuncias contra el sacerdote español.
Tras el escándalo de pederastia del padre Pedrajas, salieron a la luz otros casos de jesuitas que fueron acusados también por abusos en Bolivia.
Recientemente, la Procuraduría General de Estado informó que hasta la fecha se han contabilizado al menos 200 víctimas de pederastia, actos cometidos por sacerdotes en el país, tras develarse el caso Pica.
Página Siete
