Gonzalo M. P., fue condenado a 10 años de cárcel por la justicia argentina por cometer reiteradas violaciones a una menor de edad.
Había sido condenado a diez años de prisión en 2014 por una violación atroz. Este mediodía, luego de cumplir la mitad de la condena, Gonzalo M. P., ciudadano boliviano, fue deportado a su país natal.
Su cuñada, menor de edad, hermana de su ex pareja, lo denunció tras sufrir numerosos y reiterados ataques sexuales en la casa que la mujer compartía con él. Tras cumplir la mitad de la pena en Ushuaia -en el marco de una condena a 10 años de prisión por el delito de abuso sexual agravado por acceso carnal reiterado e indeterminado número de ocasiones-, la Justicia argentina dispuso que sea expulsado de ese país.
El Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, a través de la Delegación Tierra del Fuego de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), realizó las gestiones para que Gonzalo M. viajara desde Ushuaia hacia Buenos Aires durante la tarde del lunes.
A las 11.40, un vuelo hacia Santa Cruz de la Sierra partió desde el aeropuerto Ministro Pistarini. La expulsión, cancelación de la residencia y prohibición permanente de reingreso a la Argentina fue dispuesta en junio de 2018.
Tanto la pena impuesta como el extrañamiento (la autorización de la Justicia para que salga del territorio) fueron determinados por el Juzgado de Ejecución de Sentencias del Distrito Judicial Sur de la capital fueguina, a cargo del juez Manuel Isidoro López.
Durante todos los años que estuvo preso, el delincuente interpuso diversos recursos administrativos y judiciales para evitar ser expulsado. La determinación de Migraciones fue confirmada en todas esas oportunidades por la Justicia.
El boliviano fue trasladado ayer a Buenos Aires acompañado por dos agentes del servicio penitenciario de Ushuaia y llevado al Consulado de Bolivia para tramitar un salvoconducto, dado que la cédula de su país se encontraba vencida y el DNI argentino quedó retenido porque se le revocó la radicación.
Hoy fue escoltado por integrantes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) hasta el avión que lo devolvió a su país de origen.
Oxígeno
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