Los relatos de los niños son penosos. Castigos en un cuarto oscuro, inmovilizaciones con cinta adhesiva y hasta amordazamientos son las acusaciones que pesan contra la guardería Garden House de Santa Cruz, que hasta el momento tiene ya a 12 víctimas que se animaron a denunciarla.
“Estamos ampliando el caso, porque se identificaron 12 víctimas más. Tomaremos contacto con las familias y enviaremos, además de los requerimientos de informe ya enviados, lo haremos a la Defensoría de la Niñez del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz”, afirmó la delegada departamental de la Defensoría del Pueblo en Santa Cruz, Sheila Gómez.
Hasta el momento, informó la Defensoría del Pueblo, 11 de los 12 niños víctimas tuvieron su entrevista psicológica, en la denuncia por lesiones graves y leves. No se descarta que existan más afectados, la institución pidió se indague en esto.
La primera víctima identificada fue un niño de tres años, quien, según la denuncia, fue amarrado a una silla con cinta adhesiva y amordazado. Luego de que se hiciera público lo que le hacían, otros pequeños se animaron a hablar y se descubrió incluso un cuarto oscuro donde, presuntamente, se sometía a castigos a los menores de edad.
Desde entonces son 12 los niños que han relatado las “torturas” que se hacían en este recinto, donde los padres de familia confiaban a sus niños. La propietaria de la guardería, su esposo y una “tía”, como llamaban a las cuidadoras, fueron aprehendidos en este caso. Se programó para este lunes su audiencia cautelar, sin embargo, fue postergada.
GUARDERÍA
“Se ha suspendido la audiencia, toda vez que de la parte denunciada no han venido sus abogados. Y por el tema de la indefensión se ha suspendido la audiencia para mañana (martes), para las 09.00”, informó el abogado Jonatan Mamani.
La Defensoría del Pueblo indicó que ya se pidieron informes a la Secretaría de Desarrollo Humano de la Alcaldía de Santa Cruz; a la Secretaría Municipal de Administración Tributaria; y el tercero, a la municipalidad cruceña. Se sospecha de una respuesta tardía en este caso.
Las familias están desesperadas. La pesadilla de imaginar a sus hijos en una situación tal de maltrato que incluso da signos de un estrés postraumático, los indigna. Piden justicia, así como decenas de personas que protestaron en inmediaciones del recinto.
“Yo temo por la vida de mi hijo y mi familia, ya quiero que estén presos esos malditos”, afirmó entre lágrimas la madre de una de las víctimas.