Marco (nombre convencional), un niño de 11 años era flagelado por sus padres si no lograba vender siete cajas de chocolates al día. La activista y representante de la Red Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual, Jessica Echeverría pidió justicia para el menor, que era el mayor de cuatro hermanos que viven en Montero del departamento de Santa Cruz.
La activista y representante de la Red Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual, Jessica Echeverría, lamentó la situación dramática que vive el menor y aseguró que esa realidad es la de muchos niños y niñas del territorio nacional que son explotados y flagelados por sus familiares.
Echeverría dijo que ese tipo de maltratos se incrementó durante la cuarentena rígida que decretó el Gobierno por la pandemia del coronavirus (Covid-19). Remarcó que la organización a la que representa recibió varias denuncias de este tipo de casos, por lo que exigió justicia en el caso de Marco.
“Esta es la realidad de muchos niños que sufren, tienen que trabajar y son explotados. Pido justicia y que este pequeño pueda estar con familiares que le puedan dar protección necesaria. Es imposible de creer que exista tanta maldad hacia los niños, desde la Red Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual exigimos justicia”, declaró a ANF.
Pidió a las autoridades municipales y departamentales del territorio nacional que realicen inspecciones para verificar las condiciones en las que viven los niños y niñas del país porque, desde la pandemia, el trabajo y la explotación infantil se incrementó y señaló que, en algunos casos, son los propios padres de familia que obligan a mendigar y trabajar a sus pequeños.
“La alcaldías y gobernaciones tienen que indagar estas situaciones porque casi a diario vemos a los niños que trabajan en las calles. Son sus propios padres que les mandan, los obligan a pedir limosna en las calles, entonces este tema debe ser investigado. Los maltratos y este tipo de casos se han incrementado con la cuarentena rígida”, remarcó.
Las declaraciones de la activista surgen, después de que se viralizará la historia de Marco, que según el relato del responsable de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia en Montero, Abel Mallku, fue visto llorando desconsolado el pasado domingo, en la plaza principal de Montero porque no pudo vender las siete cajas de chocolate que sus progenitores le obligaban a comercializar a diario.
Según el testimonio del funcionario, el niño tenía miedo de regresar a su hogar por los golpes que le propinaban por no vender todos los productos. Alarmados por esa situación, el caso fue denunciado a la Policía que en un operativo arrestó a los padres que se encontraban durmiendo en su vivienda. El pequeño tenía marcas de los golpes que recibía en todo su cuerpo.
“El niño decía que tenía miedo de regresar a su casa ya que si no vendía las siete cajas su padre le chicoteaba. El menor tenía marcas en la espalda, en el pecho, en los brazos, es por eso que hemos procedido a hacer la denuncia y el rescate del menor”, explicó Mallku.
También se procedió a rescatar a los hermanos menores de la víctima y ahora se investiga si también eran obligados a vender productos en las calles.
Ante esa situación, Mallku dijo que los padres del niño fueron aprehendidos y acusados de explotación laboral y violencia intrafamiliar.
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