El arzobispo de Santa Cruz, René Leigue, afirmó este domingo que la educación se la quiere llevar solamente pensando en un grupo, en alguien o hacer una historia no bien hecha y frente a ello reafirmó que la Iglesia busca formar personas de bien que sean responsables, justas, honestas y no corruptas.
De esa manera exhortó a los catequistas a guiar a jóvenes y niños por el camino del Señor, enseñando respeto y amor al prójimo para tener personas comprometidas con la fe.
En su homilía dominical, indicó que la Iglesia no se encarga de adoctrinar para un grupo y si alguien piensa que la Iglesia adoctrina para ir en contra de alguien está equivocado, aclaró.
Dijo que la Iglesia se preocupa en la formación de la persona, en su integridad, que respete a la persona como tal, sin interesar de qué color político, de dónde viene, qué cultura tiene ni de qué país es.
En ese contexto, pidió a los católicos a dar testimonio de vida mostrándose realmente cómo son, sin escoger lo que me gusta o lo que me cae bien, sino “ser luz del mundo que significa hacer las cosas correctas, ser justo, honesto, sincero, no discriminar ni ver solamente intereses que me apetecen”.
Manifestó que la felicidad se encuentra en nuestro propio comportamiento y no camuflando intereses personales ni de grupo, “así no somos luz para nadie. Eso a lo mejor está pasando en nuestra sociedad; quieren algunos mostrarse solamente para mostrar sus propios intereses y no realmente lo que se necesita en nuestra sociedad”, dijo.
Sostuvo que, frente a esta realidad, el desafío es ser sal y ser luz, dar sabor a la vida, dar a sabor a la realidad que vivimos; ser luz del mundo y llevar a los otros por el camino correcto.
De eso se preocupa la Iglesia y no tiene otro objetivo de catequizar a alguien para solamente para tenerlo ahí, como un grupito de Iglesia, puntualizó Leigue.
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