A diario un ejército de mineros ingresa a las entrañas del Cerro Rico de Potosí y extrae las riquezas que todavía tiene dentro. Esta es una actividad que se realiza desde la llegada de los españoles a la Villa Imperial, allá por abril de 1545, es decir que ya son más de 467 años de explotación de la montaña.
Existen serios indicios y riesgos de desplome del histórico Cerro Rico de Potosí, según un informe del Concejo Municipal de la Villa Imperial, al que accedió Página Siete.
Los desastres en la cúspide de la montaña son evidentes. Este medio verificó en la cima del cerro que el relleno que se puso está resquebrajado.
Los caminos hasta la cúspide están casi cortados, lo cual resulta complicado para el trabajo en el lugar… y, además, hay cooperativas que continúan explotando minerales sobre los 4.400 metros sobre el nivel del mar, lo cual es un atentado contra la vida de este emblema nacional.
Puente de plata
El escritor uruguayo Eduardo Galeano se animó a afirmar que durante la Colonia española se extrajo 60 mil toneladas de mineral de la montaña. Esta cantidad sería suficiente para construir un puente de plata desde la Villa Imperial hasta Madrid.
Pero esta imagen no solo tiene riqueza mineral. Tal es la importancia de la montaña que el 6 de octubre de 1825 el libertador Simón Bolívar se animó a llegar a la cima y, en un acto simbólico, desde allí declaró la independencia de esta parte del mundo.
Para España la emancipación de Bolivia, y Potosí en particular, no se trató únicamente de la pérdida territorial en el Nuevo Mundo, sino que se le fue de las manos una de sus principales fuentes de ingresos económicos.
Allí, los esclavos eran obligados a trabajar para satisfacer a las ambiciones de la corona española. Según el periódico español El Mundo, fueron ocho millones de personas las que murieron en las entrañas del cerro.
Orgullo potosino, orgullo mundial
La “mole de plata” es un referente de la historia de Bolivia, su imagen fue acuñada en monedas y su imagen está en el escudo patrio. La Ley del 6 de noviembre de 1925 (un siglo y tres meses después de la liberación de Bolivia del yugo español) reconoce al Cerro Rico de Potosí como un símbolo de la independencia.
La montaña potosina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 1987, lo cual es un reconocimiento mundial valioso y una responsabilidad su conservación.
Una preocupación de altura
La concejala municipal Reyna Isabel Menacho tiene un lema que encarna a la perfección la relación de la montaña con la ciudad denominada villa Imperial: “Potosí sin cerro no es Potosí”.
Este gran vigilante de la urbe es parte de la vida de los mineros y se encuentra en cada postal representativa de los potosinos.
Sin embargo, el constante trabajo en la zona, que no ha descansado desde su descubrimiento, ya cobra una factura alta. Los hundimientos son constantes y la preocupación va en ascenso. Existe el temor de que la montaña caiga y pierda su forma cónica, que es su característica principal.
Así, el informe del 27 de junio de 2022 de la Comisión Medio Ambiente, Minería y Forestación refiere que se requiere conservar la estructura del cerro y evitar una mayor afectación al lugar que es considerado “patrimonio del país”.
El informe indica en uno de sus párrafos: “Se advierte una cadena de hundimientos que genera una grieta divisoria por los trabajos mineros que se divisan desde la ciudad y el mismo fue corroborado en la inspección realizada por la Comisión de Medio Ambiente, Minería y Forestación del Concejo Municipal el día domingo 26 de junio del 2022”.
La parte más importante de este texto refiere: “En el contexto descrito se puede afirmar que existen serios indicios y riesgos de desplome del Cerro Rico de Potosí”. La nota finaliza solicitando que las autoridades nacionales cumplan con su deber de conservación del lugar.
Página Siete estuvo presente en el lugar y evidenció que los hundimientos cerca a la cima del cerro son de gran tamaño, más de 22 metros de diámetro, según estudios anteriores. Se trata de accidentes que tienen la forma de un cráter y que cada vez va ganando espacio.
Por otro lado, las bocaminas van desapareciendo porque ceden ante estos hundimientos.
En una visita a la cima de la montaña, la concejala Reyna Menacho contó a este medio de comunicación: “En 1988, esta era una mole (señalando la parte alta de la montaña), en la misma cúspide, pasando el tiempo ha habido un hundimiento que era un área de dos metros, aproximadamente, tenía que inmediatamente tomar acción el Gobierno a través de las autoridades (pero no se hizo aquello). Esto ha ido creciendo desde la pasada gestión el hundimiento los deslizamientos se dan a cada instante”.
A pesar de estar prohibido, se trabaja sobre los 4.400 metros de altura del cerro, lo cual acelera el desgaste del sitio. Desde la cima es posible ver estos trabajos en área prohibida.
Tiempo atrás se colocó un relleno para evitar que los hundimientos avancen, pero este material también cedió y está resquebrajado. Por lo cual parece inminente que los cráteres crezcan en cuanto a tamaño.
Al respecto, Menacho informó que el relleno fue una respuesta de la Gobernación, pero que ha ido resquebrajándose. “Hay rajaduras en el piso y esto va a ceder con el paso de los días. Ya esto tiene un pronóstico negativo”, dijo la autoridad.
Se buscan respuestas
El Concejo Municipal está en alerta ante esta situación, el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) también ha elevado su grito de protesta al gobierno nacional. Es más, en el diálogo sostenido con el Ejecutivo, a fines de julio, se mencionó la conservación del cerro.
Se aguarda que las mesas de negociación vuelvan a instalarse y que de una vez se defina qué es lo que se va a hacer con este patrimonio que se está hundiendo cada vez más.
Por el momento, la conservación del cerro está en el limbo. algunas personas se atreven a subir a la cima, temen que de un día para otro la punta del coloso caiga, entonces ya el patrimonio nacional quedará reducido en su grandeza.
“En 1988, esta era una mole, en la misma cúspide, pasando el tiempo ha habido un hundimiento que era un área de 2 metros”. Concejala Reyna Menacho
“Hay rajaduras en el piso (de relleno) y esto va a ceder con el paso de los días. Ya esto tiene un pronóstico negativo”. Concejala Reyna Menacho
La imagen en el escudo
El Escudo Nacional de Bolivia es uno de los principales emblemas del país.
Es elíptico. En la parte superior lleva un sol naciente que aparece detrás del Cerro de Potosí con los celajes del amanecer. En su centro el Cerro Rico de Potosí y el Cerro Menor. En la parte superior del cerro menor, la capilla del Sagrado Corazón de Jesús. En la parte inferior izquierda del conjunto formado por los cerros, una llama. A su derecha un haz de trigo y una palmera. Alrededor, el óvalo azul con un filete interior de color dorado. En la mitad superior del óvalo la palabra BOLIVIA en letras de oro y en mayúsculas. En la mitad inferior del óvalo 10 estrellas de cinco puntas en oro. A cada costado, tres pabellones (banderas nacionales), un cañón, dos fusiles, un hacha a la derecha y el gorro de la libertad a la izquierda. Arriba el cóndor de los Andes en actitud de levantar vuelo. Detrás dos ramas entrelazadas de laurel y olivo. El laurel a la izquierda y el olivo a la derecha haciendo una corona.
La Virgen Cerro
El Cerro Rico de Potosí tiene gran cantidad de representaciones y ha sido objeto de diferentes figuras. Una de las pinturas más reconocidas en el mundo del arte es la Virgen Cerro.
Esta obra es de autor anónimo y se estima que data del siglo XVIII. Su técnica de óleo sobre lienzo de la pintura Virgen Cerro es la de mayor trascendencia iconográfica del Museo de la Casa de Moneda en Potosí, según el portal de Historia del Arte.
Esta obra, de otro lado, pone en evidencia la influencia del barroco hispanoamericano, pero con una expresión propia de la región que sintetiza la historia, las religiones del nuevo mundo y los conquistadores, las costumbres y hasta la naturaleza.
Se ha representado la coronación de la Virgen María inserta en el Cerro Rico, cuya riqueza de plata originaba la conjunción de dos culturas en todos sus aspectos.
El teólogo y filósofo alemán Dietmar Mubig ha publicado su tesis doctoral en la que estudia la pintura que está inspirada en el cerro potosino.
Página Siete
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