El 30% de los pacientes con síntomas de dengue que copa las salas de internación son niños. La enfermedad se ensaña con los menores de edad que llegan hasta los centros hospitalarios con síntomas característicos del dengue grave, como fiebre alta, dolor abdominal y sangrado; pero también se agrega el dolor de garganta, que no es común en este mal.
Las autoridades están preocupadas por la agresividad con la que la enfermedad ha irrumpido este año en la región cruceña, causando en las últimas seis semanas más de 300 casos positivos, sin contabilizar a los que, a pesar de las recomendaciones de las autoridades, alivian sus síntomas con remedios que compran en una farmacia.
Los datos muestran que el número de internados en los distintos hospitales subió a más de un centenar en los últimos días y, de ellos, unos 30 son niños.
Los casos han provocado la sobresaturación del hospital Mario Ortiz, que es el único centro pediátrico de referencia en el departamento, donde esta semana la mitad de las camas de Emergencias eran copadas con pacientes con cuadros graves y con signos de alarma.
Cada día, según relataron los médicos, llegan a este servicio unos 15 niños con síntomas de enfermedad en su forma moderada o grave.
Los médicos hacen lo que pueden para que todos los niños referidos reciban asistencia urgente.
Saben que un niño afectado con dengue grave tiene 15 veces más posibilidades de fallecimiento que un adulto, como dicen las estadísticas internacionales.
El manejo de los más pequeños siempre es muy complicado, porque cuesta mucho hacerles recuperar la pérdida interna de líquidos por la acción del virus.
Los síntomas
La doctora de Emergencias del Mario Ortiz, Silvia Limón, señala que están recibiendo pacientes con dengue grave y con signos de alarma. La mayoría presenta fiebre, dolor abdominal y sangrado, ya sea por la nariz y las encías o tienen vómito con sangre. Además, llama la atención que muchos presentan dolor de garganta. “Es una fiebre bien persistente y difícil de bajar, que llega hasta los 40 grados. También les ha dado dolor de garganta y dolor abdominal”, indica la especialista.
Explica que el dengue con signos de alarma se presenta con extravasación de líquidos en el estómago y en la barriga. “De ahí viene el dolor abdominal”, agrega. A esto se suma, los sangrados.
En tanto, que en el estado grave estos síntomas se acentúan, es decir, el sangrado es abundante, al igual que la extravasación de líquidos, lo que provoca dificultad respiratoria y los líquidos pueden afectar los pulmones y el corazón.
El director del hospital de Yapacaní, Iván Zapata, también hace notar que la mayoría de los pacientes con síntomas de dengue que atienden en ese centro son niños. Presentan deshidratación, fiebre, dolor abdominal e, incluso, tos y dolor de garganta, por lo que pide a los padres de familia pensar en dengue si el niño acompaña la fiebre con problemas de garganta.
Carla Ochoa sabe lo fuerte que llega a golpear el dengue. El cuadro de su hijo de seis años se fue complicando hasta que finalmente tuvo que ser derivado al hospital de niños. Está luchando contra este mal desde hace más de una semana y ha tenido dificultad respiratoria y acumulación de líquido.
Presentó los síntomas característicos de la enfermedad, porque empezó con fiebre alta y los dos primeros días ella intentó controlarlo en casa, pero la temperatura era persistente, por lo que acudió a la consulta médica.
Empezó a sentir fiebre alta y vómito, por eso lo llevó hasta un centro de salud de La Guardia, desde donde vieron que su estado era delicado y fue derivado al hospital de segundo nivel de La Pampa de la Isla, desde donde lo transfirieron al Mario Ortiz.
“Los niños están cayendo porque sus defensas están bajas. El covid también afectó en esto”, señala Carla.
Ella también está con los síntomas de dengue, pero se mantiene firme porque debe luchar por la recuperación de su hijo.
En medio de la preocupación por los malestares de esta enfermedad, Carla hace un paréntesis para reflexionar al personal de todos los puestos sanitarios a que atiendan con prontitud. Tuvo la mala experiencia de que cuando acudió al centro de salud tuvo que esperar mucho tiempo y solo cuando vieron que su hijo empezó a convulsionar recién le dieron prioridad. También pidió a las autoridades que equipen a los hospitales, porque las mamás están gastando en ecografías para sus hijos.
EL DEBER
