La presidenta de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), María Dolores Lozano, ha alertado hoy del «efecto devastador que provoca en los hijos el cruce de críticas entre padres y madres divorciados» o los «intentos de dinamitar la vinculación de los menores con el otro progenitor» tras la separación.
La presidenta de AEAFA ha analizado «la protección de niños, niñas y adolescentes en los procesos de ruptura de pareja» durante el I Congreso de la Infancia y Adolescencia que se celebra hoy en Madrid y que ha sido inaugurado por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la fiscal General del Estado, Dolores Delgado.
« En muchas ocasiones se produce una lucha de poder motivada por los intereses económicos o, también, por la incapacidad de superar el trauma mismo de la separación o por los sentimientos de fracaso personal, enfado u odio hacia la expareja. En este contexto se suele utilizar a los hijos como arma arrojadiza para dañar al otro. Estas situaciones las vemos, por desgracia, frecuentemente en nuestros despachos de abogados de Familia», recordó María Dolores Lozano.
«Crecer rechazando injustificadamente a una de las figuras parentales o a su familia extensa se identifica como un factor de riesgo de primera magnitud para el desarrollo psicológico de un menor. Provoca en muchas ocasiones graves desajustes cognitivos, emocionales y conductuales a corto y largo plazo. Sin duda, estamos ante una forma de maltrato infanto-juvenil y que tendrá sus repercusiones en la edad adulta», ha advertido la presidenta de AEAFA en este congreso organizado por los colegios de abogados de Madrid y Barcelona y la Plataforma Familia y Derecho.
Lo que no se debe hacer
La presidenta de AEAFA, María Dolores Lozano, enumeró los errores habituales que suelen cometer las parejas durante y después del divorcio y que atentan contra los derechos de niños, niñas y adolescentes:
–Creer que la sentencia judicial pone fin al conflicto familiar.
–Implicar a los menores en el proceso judicial.
–Delegar en los niños, niñas y adolescentes la toma de decisiones esenciales.
–Pelear, discutir y organizar escenas emocionales o violentas delante de ellos.
–Criticar al otro, padre o madre, o alejarlos de él/ella o dificultar su relación.
–Presionar a los niños en busca de información.
–Mandarse mensajes a través de los niños y adolescentes.
–Situarlos en medio del conflicto: utilizarlos como pretexto, como arma arrojadiza, obligarles a tomar partido (aunque sea indirectamente).
Los datos
La Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) constata que este tipo de situaciones, por desgracia, se repiten cada día: «Nos divorciamos mal y utilizamos a los niños como arma arrojadiza». Según el Observatorio del Derecho de Familia de AEAFA, el 97 por ciento de los divorcios contenciosos con hijos tiene un nivel de conflictividad alto o muy alto, dato que da idea de la magnitud del problema en España.
abc.es
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