El multimillonario ruso dueño (hasta su renuncia) del Chelsea sorprendió a algunos, y a otros dejó ver una decisión que ya era previsible, y es que su amistad con Vladimir Putin presidente de Rusia le llevó a tener una presión de alto voltaje de parte de los inversionista ingleses para que dejase el cargo, según medios ingleses.
En días pasados ya se había informado que Abramovich no tenía permitido regresar a Reino Unido, pues dieron aviso a las autoridades de que no le permitieran el paso en las fronteras; ahora su situación se vuelve más delicada. Aumenta aún más a medida que la guerra entre Ucrania y Rusia se incrementa día a día.
A través de un comunicado en la web del Chelsea, Abramovich lanzó un breve mensaje sobre su situación, donde sólo da las gracias, más no ahonda en los motivos.

“Durante mis casi 20 años como propietario del Chelsea FC, siempre he visto mi papel como custodio del club, cuyo trabajo es garantizar que tengamos el mayor éxito posible.
Siempre he tomado decisiones pensando en lo mejor para el club. Sigo comprometido con estos valores. Es por eso que hoy doy a los fideicomisarios de la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC”, se lee.
Además de esta situación, se prevé que el Chelsea podría ser vendido, pues mientras Abramovich ocupaba el cargo se hablaba de sanciones por parte del gobierno británico, algo que dejaría herido al equipo; ahora no se sabe qué podría pasar.
El diario británico ‘Daily Mail’ informó que esta semana Roman Abramovich habría recibido una oferta de compra por parte de inversionistas privados, pero se negó a aceptarla; el futuro del actual campeón de la Champions League está en el aire.
Red Uno
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