Magaly se despertó a las 5:30 de la mañana para cumplir con su deber como jurado electoral. Llegó a las seis en punto y no había nadie en la mesa. Las 6:30, las 7:00… son las 8:45 y aún permanece sola en medio del patio del Instituto Educativo Los Pinos.
“Estamos aquí desde temprano y esperando que llegue algún integrante más de la mesa. Lastimosamente aún no ha llegado ninguno, veremos qué nos dice la notaria”, explicó la jurado de 40 años. “Temo que tal vez tengan que cerrar la mesa. Todas las mesas están conformadas por un presidente, un secretario y tres vocales; aquí estoy solo yo y no hay nadie más”, agregó.
Los protagonistas de la jornada fueron aquellos jurados designados que faltaron. Fueron decenas las mesas en el país donde se acumularon sufragantes sin tener la posibilidad de emitir su voto y sin nadie dispuesto a hacerse responsable de mesa. Como muchas mesas se abrieron con retraso, el trabajo de los jurados también se prolongó.
“Me llegó el memorial el miércoles, sin opción a excusarme; tengo dos niños y debo cuidar a mi mamá, que es de la tercera edad. Era imposible asistir, más aún si notifican a última hora”, relató María.
“Yo tengo más de 50 años y no debería ser jurado, pero recibí la notificación la semana pasada. ¡Si no me respetan, yo tampoco!”, dijo otro designado que determinó por “ignorar” la notificación del TDE.
El presidente del Tribunal Electoral Departamental de La Paz, Franz Jiménez, admitió que “hubo demora, fue por los jurados que no asistieron”. Anunció que aquellos designados que no cumplieron deberán pagar una multa de 636 bolivianos.
Temor y precaución por Covid
Pese a los inconvenientes y a la sorpresa inicial cuando el pasado martes le dijeron que sería jurado, Magaly no parece experimentar mucha preocupación por cumplir ese rol en pandemia.
“Considero la pandemia como si fuera un resfrío diferente. Pienso que en la actitud de las personas está cómo podemos aprender a sobrellevarla. La actitud que tengo es la mejor: en el momento que tenga que llegar el contagio, habrá que saber tomarlo y no asustarse”, sostuvo.
Gabriel Peredo, presidente de otra de las mesas en Los Pinos, tampoco siente mucha preocupación porque vive solo, lo que anula el riesgo de que transmita el virus. De todas formas, controla el cumplimiento de las medidas de bioseguridad en su mesa, que se encuentra en uno de los espacios más recónditos del centro educativo paceño.
Debido a que vivo solo no (tengo miedo), pero obviamente nos estamos cuidando en todo. Siempre esta mesa ha sido vacía —como ahorita que no hay nadie— pero nos cuidamos”, recalcó el jurado de 26 años.
Quien sí experimenta cierto temor por ser jurado electoral en la emergencia es Janela Lara, que ejerció en Cancha Camiri.
“Tengo recontra miedo, porque tienes que estar lado a lado con el grupo que te toca trabajar, no hay distanciamiento entre nosotros, no se puede, porque sino no podríamos pasarnos los datos y hacer todo el proceso de manera rápida y efectiva. Y tampoco existen los medios ni la tecnología para esto”, lamentó la profesional de 30 años.
“Está tranquilo. Medio desorganizado, pero tranquilo”, resumió Mauricio, otro jurado
Más de 200 mil personas estaban llamadas a cumplir como jurados electorales este 7 de marzo en el país. En el caso de La Paz, el TED habilitó a 56.148 jurados
Pagina Siete
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