Transparencia Internacional en su reciente informe del Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2021, puso una calificación de aplazo a Bolivia, de 30/100 en su lucha contra la corrupción en el sector público, con lo cual el país se acomoda en un rezagado puesto 128 entre 180. Hubo un leve deterioro de un punto entre el 2020 y el año pasado.
De acuerdo a los cambios de puntuación desde el 2012, se puede percibir que en el caso boliviano, el año 2014 se obtuvo la mayor nota de 35, para luego descender de manera sistemática hasta el 2018 (29) para luego tener un leve repunte el 2019 y 2020 con 31 puntos y descender nuevamente el 2021 con 30 puntos.
El IPC clasifica 180 países y territorios según el nivel de percepción de la corrupción en el sector público de cada uno, en una escala de cero (muy corruptos) a 100 (muy limpios), donde la puntuación media global se mantiene en 43 puntos por décimo año consecutivo y dos tercios de los países no llegan a 50.
Entre los países con mayor puntaje en su lucha contra la corrupción se encuentran Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, los tres con 88 puntos, los mismos que también se encuentran entre los diez países con mayor puntaje en libertades civiles.
Al otro extremo se encuentran Somalia (13), Sudán del Sur (11) y Siria (13) con los más bajos puntajes. Siria es también el último país en materia de libertades civiles.
Este ranking global de corrupción es el más utilizado en el mundo. Mide la percepción de corrupción del sector público de cada país, según expertos y empresarios.
El IPC mide manifestaciones de corrupción en el sector estatal como: el soborno, el desvío de fondos públicos, funcionarios que usan su cargo para beneficio privado sin enfrentar consecuencias, capacidad de los Gobiernos para contener la corrupción en el sector y burocracia excesiva en el sector que pueda aumentar las oportunidades para la corrupción.
Tomado de El Diario
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