Gabriela Yujra C., novena víctima de feminicidio en Cochabamba, fue asesinada hace nueve días a golpes y luego enterrada en un domicilio de la OTB Libertad. Su enamorado, Silverio Pacheco Chambi, fue sentenciado a 30 años de cárcel en El Abra.
Pacheco es uno de los seis feminicidas sentenciados en lo que va de este 2022. Las muertes de Guillermina, en Sacaba; Damiana, en Colomi; María, en Shinahota; Jhenny, en Quillacollo y Karent, Jhovana, Demetria, Laura Daniela y Gabriela, en Cercado, conmocionaron y generaron condenas en las redes sociales.
Las voces de esas nueve mujeres, de entre 20 y 69 años, fueron silenciadas. Casi todas perdieron la vida a manos de sus esposos, concubinos, enamorados, exparejas o padres de sus hijos. Sus asesinatos fueron reportados entre el 1 de enero y el 25 de julio de este año.
1. Guillermina desapareció el 18 de agosto de 2021. Salió de su casa rumbo a Yapacaní, Santa Cruz, y no se supo más de su paradero. El pasado 22 de enero, sus restos óseos calcinados y enterrados fueron hallados cerca de una laguna de la comunidad de Arauco Alto de Sacaba.
La víctima fue asesinada a los 48 años. Era comerciante y viajaba con su chofer, Evaristo Huanca Arispe, quien se convirtió en su verdugo. El hombre, de 33 años, quiso desaparecer el cuerpo de Guillermina y ocultar el crimen, pero las pruebas lo apuntaban como responsable de la desaparición. El 5 de mayo, la Justicia lo declaró culpable y lo condenó a 30 años de cárcel, sin derecho a indulto, en El Abra.
2. Damiana López H. era una mujer trabajadora y dispuesta a realizar cualquier esfuerzo para sacar adelante a sus cuatro hijos (de 14, 13 y 6 años, y un bebé que ahora tiene casi un año).
Su esposo, Pedro Muñoz Peña, acabó con su vida el 29 de enero. Ese día, la pareja se dirigió a una cabaña que cuidaba en el Sindicado Salto B, distante a unos dos kilómetros de su domicilio en Colomi, para realizar la limpieza porque llegaría una persona de afuera. Después de una discusión, el autor, de 34 años, la estranguló y colgó de un árbol para que todos pensaran que ella se quitó la vida.
Pedro fingió buscarla y, al igual que familiares, recorrió distintas zonas hasta que la encontraron muerta. La autopsia reveló que Damiana fue asesinada y su esposo, al verse acorralado, confesó el crimen y recibió la pena máxima a cumplirse en la cárcel de El Abra.
Los hijos de la pareja quedaron al cuidado de una tía materna debido a que los abuelos, padres de Damiana, tienen 84 y 85 años.
3. Karent Fernández M., comerciante y educadora en una guardería, fue asesinada por su expareja, Roberto Fernández Yavira. El padre de su hija, de 4 años, le quitó la vida con 21 puñaladas la madrugada del 5 de marzo en su vivienda ubicada en la zona Primero de Mayo, al sur de Cochabamba.
La familia de la víctima, de 29 años, hizo conocer que ella decidió alejarse de Roberto, de 27, porque él era violento. Dos años antes, el joven ya le había apuñalado en la espalda y, aunque ella denunció, el caso no avanzó.
Roberto admitió haber matado a la madre de su hija y la Justicia lo sentenció el 7 de marzo a 30 años de presidio en El Abra.
4. Jhovana Chávez C. era una mujer trabajadora. Vendía golosinas frente al colegio donde estudiaban sus hijos y estaba pendiente de ellos en todo momento.
La mujer murió a manos de su concubino, Ángel Beltrán Sandoval, la noche del 23 de abril. Recibió tres golpes contundentes en la cabeza con un palo de picota, mientras ella escuchaba música recostada en la habitación matrimonial de su vivienda en Alto Arrumani, en K’ara K’ara.
Ángel mató a la madre de sus hijos y luego quiso quitarse la vida realizándose cortes en el brazo, pero al no lograr su cometido se dirigió en taxi a oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, donde confesó el delito. Se sometió a juicio abreviado y recibió el 25 de abril una condena de 30 años de cárcel en El Abra.
La pareja vivía con cinco hijos. Uno de 14 años, del primer matrimonio de Jhovana, dos niñas de 12 y 10 años de Ángel, de una primera relación también, y dos niños varones de 8 y 6 años, hijos de Ángel y Jhovana. Ella crió a las hijas de su concubino como suyas. Los cinco menores se encuentran en una casa de acogida.
5. Demetria T.S. era profesora jubilada. Su esposo, Jesús Freddy M.Z., le quitó la vida a sus 69 años la noche del 25 de abril en una casa de la zona sur de Cochabamba.
El autor, también profesor jubilado, intentó acabar con ella y se causó cortes en el cuello y la muñeca. La autopsia reveló que la mujer fue asfixiada con un lazo. La Justicia le dio detención preventiva en El Abra.
6. María Soliz A. estuvo desaparecida del 21 de marzo al 4 de mayo. Su concubino Carlos Quispe Ch., de 29 años, fingió buscarla, pero al verse acorralado por los comunarios confesó que la mató y la llevó hasta el chaco (terreno agrícola), donde enterró en cuerpo en Shinahota.
La pareja tenía dos hijos que ahora están al cuidado de los familiares maternos. Desde el 6 de mayo, Carlos se encuentra con detención preventiva en El Abra.
7. Laura Daniela Corrales B., de 32 años, fue asesinada con 14 puñaladas la noche del 5 de mayo en inmediaciones del circuito de la laguna Alalay. Un adolescente, de 17 años, le quitó la vida. El autor habría estado obsesionado con ella y luego de cometer el crimen huyó a Santa Cruz, donde fue capturado la tarde del 6 de mayo.
La Justicia le dio detención preventiva en el Centro de Reintegración Social Cometa. Laura era cruceña y su familia la trasladó hasta esa ciudad para darle cristiana sepultura. El feminicidio dejó dos niños, de 12 y 5 años, huérfanos.
8. Jhenny Villa L. mantenía sola a sus dos hijos. Una niña, de 5 años, y un niño, de 3, quedaron huérfanos de madre. Sergio Erick Huallpa Quispe, padre de los menores de edad, fue sentenciado a 30 años de cárcel por el feminicidio de la joven madre.
El hecho se registró la madrugada del 17 de mayo en un domicilio de la comunidad de Ironcollo, Quillacollo. Jhenny fue asesinada con 13 puñaladas. Su expareja confesó el crimen y recibió la pena máxima.
9. Gabriela Yujra, de 26 años, fue asesinada y enterrada en un domicilio de la zona sur de Cochabamba. Los investigadores exhumaron su cuerpo la mañana del 25 de julio. El autor, Silverio Pacheco, se sometió a juicio abreviado y fue condenado a 30 años de cárcel en El Abra.
Gaby, oriunda de La Paz, dejó dos niños huérfanos en La Paz. Su madre y su hermana llegaron a Cochabamba para recoger el cuerpo, que luego trasladaron a la sede de Gobierno, donde la despidieron.
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