Ayer, en Arrumani, al sur de la ciudad de Cochabamba, un hombre se salvó de ser linchado. Según los vecinos, fue sorprendido robando en una vivienda y, tras propinarle golpes, lo llevaron a un tinglado donde lo amenazaron de muerte, alegando “justicia por mano propia”.
El subcomandante de la Policía de Cochabamba, Jaime España, informó que el hombre fue sorprendido en flagrancia alrededor de las 11:00, con dos bolsas que serán abiertas como parte del proceso.
La situación provocó la furia de los vecinos cansados de los constantes robos en la zona.
Tras una negociación, la Policía logró que los vecinos entregaran al detenido, quien fue llevado a celdas policiales para fines investigativos. Presentaba golpes en el rostro y marcas en la espalda, pero los vecinos no revelaron quiénes fueron los responsables de la agresión.
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Se acordó entre la Policía y los vecinos gestionar ante la Alcaldía la habilitación de un módulo policial en Arrumani para brindar seguridad ante la ola de robos en tiendas y casas.
En Cochabamba, entre el 25 de enero y el 13 de mayo, se han registrado tres linchamientos con cinco fallecidos, todos hombres acusados de robo. Estos sucesos tuvieron lugar en Puerto Villarroel y Tolata, en el Trópico y en el Valle Alto, respectivamente. Además, uno de los hechos fue un triple linchamiento. Hasta el momento, los responsables no han sido capturados debido a un “pacto de silencio”.
La Constitución Política del Estado (CPE) de Bolivia prohíbe la pena de muerte y establece la presunción de inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad del acusado en un juicio. La máxima condena en el país es la privación de la libertad por 30 años sin posibilidad de indulto, aplicándose en casos graves como asesinato y feminicidio tras un proceso judicial.
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Fuente: Opinión