La música de Paula Londra entró en conflicto hace unos años por un tema con sus productores. Eso parece que se destrabó un par de meses atrás, mediante un juicio en los Estados Unidos que resolvió el futuro laboral del cantante cordobés.
Pero la vida personal de Paulo sigue siendo un verdadero escándalo, ya que ni siquiera el nacimiento de la segunda hija de la pareja acercó un poco de paz a la conflictiva relación que mantienen con su ex, Rocío Moreno.
Es más, se dice, que sucedió todo lo contrario: el nacimiento de Francisca en vez de acercarlos los alejó todavía más. En una nota que le dio a Intrusos, la mamá de la joven y ex suegra del rey del trap dio detalles escandalosos del trato que le daban a su hija en la casa de «Los Londra».
Rocío ahora vive con su mamá y sus dos nenas, pero durante mucho tiempo compartió vivienda con su pareja y con la familia del muchacho. Todo iba relativamente bien hasta que, en el transcurso del segundo embarazo, empezaron las desaveniencias «maritales».
Las diferencias fueron tan grandes y tan notorias que terminaron la relación mientras la pancita de ella iba creciendo. A partir de entonces, no sólo se separaron sino que entraron en una guerra -primero mediática y luego judicial- que no tuvo freno ni respiro.
El nacimiento de la nena propició una batalla más, acaso la más cruenta de todas: ella pidió que él no estuviera presente en el parto, algo que finalmente sucedió, y ahora se verán las caras en Tribunales, donde ella reclamará una fuerte cuota alimentaria, asesorada por la abogada más mediática del país: Ana Rosenfeld, también conocida como «El terror de los maridos».
Marina, la madre de Rocío, le dio un movil a Intrusos donde contó «el calvario» que vivió su hija en los últimos meses. «Ellos no aportaron nada al nacimiento de la nena. Yo le compré los pañales y los de su hija más grande los tiene porque consiguió un canje, y además le armé el bolso”, dijo.
“Cuando ella reclamaba lo que le corresponde, el abogado de ellos le decía ‘mantenida’, ‘andá a laburar si querés plata’ y ‘mientras tengas el pan arriba de la mesa no te podés quejar de nada de Paulo’. Ella tiene una tarjeta de débito y el día que nació Francisca estaba en menos 30″, explicó.
Además, contó que «desde que nació la nena la única que se puso en contacto con nosotros fue la abuela materna, que preguntó cómo estaba, cuándo podía venir a conocerla y vino, pero en cuestión económica no ofreció nada».
En ese sentido, Maite Peñoñori contó que la propuesta de Londra como «cuota alimentaria de las dos hijas son 200.000 pesos mensuales, una cifra que Ana Rosenfeld ya dijo que es totalmente insuficiente».
MDZOL
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