Cinco policías de Connecticut fueron acusados penalmente el lunes por supuestamente provocar la parálisis de un hombre afroamericano del pecho hacia abajo durante un viaje en la parte trasera de una camioneta policial, informaron las autoridades.
Randy Cox, de 36 años, estaba siendo llevado a un centro de detención en junio por el Departamento de Policía de New Haven, cuando la camioneta hizo una parada brusca para evitar una colisión y provocó que Cox se deslizara violentamente de cabeza dentro de la camioneta, según las imágenes capturadas del incidente.
Cox, quien estaba siendo procesado por un cargo de posesión de armas, pidió ayuda y dijo que no podía moverse del piso, según el video y las autoridades.
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“No puedo moverme. Voy a morir así”, dijo Cox minutos después del accidente. “Por favor, por favor, por favor ayúdame”.
El oficial Oscar Díaz, el conductor de la camioneta y uno de los cinco acusados, en un momento detuvo el vehículo y revisó a Cox, dijo la policía. Pero cuando llamó a los paramédicos, les dijo que se reunieran en la estación, en lugar del sitio donde se detuvo la camioneta, informó la policía.
Imágenes de vigilancia capturaron el momento en que Cox se rompió el cuello en la parte trasera de la camioneta de la policía.
Algunos oficiales en el centro de detención se burlaron de Cox y lo acusaron de estar borracho o fingir sus heridas, según el diálogo capturado por cámaras de vigilancia y corporales.
Cuando Cox dijo que pensó que se había roto el cuello, la sargento Betsy Segui, quien también fue imputada, respondió: “no te cagaste, no, bebiste demasiado… siéntate”.
Cox fue arrastrado por los pies a una celda de detención antes de ser llevado al hospital y diagnosticado con una fractura de cuello y parálisis parcial.
Segui, de 40 años, Díaz, de 54; los oficiales Ronald Pressley, de 56; Jocelyn Lavandier, de 35, y Luis Rivera, de 40, fueron acusados de crueldad y peligro imprudente en segundo grado.
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Cada uno se entregó y pagó una fianza de $25,000 dólares con su próxima cita en la corte fijada para el 8 de diciembre, informó la policía estatal de Connecticut.
El jefe de policía de New Haven, Karl Jacobson, amonestó su conducta el lunes.
“Puedes cometer errores, pero no puedes tratar mal a las personas, punto. No se puede tratar a las personas de la forma en que se trató al Sr. Cox”, dijo Jacobson.
El abogado de la familia de Cox, Ben Crump, pidió a los oficiales que rindieran cuentas.
“Es importante, cuando ves ese video de cómo trataron a Randy Cox y las acciones y omisiones que lo llevaron a quedar paralizado del pecho hacia abajo, que esos policías deben ser retenidos con todo el peso de la ley”, dijo el lunes.
Su familia presentó una demanda federal contra New Haven y los cinco funcionarios acusados en septiembre.
Cox fue arrestado el 19 de junio después de que la policía lo acusara de portar una pistola en una fiesta de barrio, aunque los cargos en su contra fueron retirados más tarde.
Los oficiales y el sargento han estado de licencia administrativa desde el verano pasado.
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