El brasileño Felipe Edvaldo Menezez Iglesias, que mató el 31 de enero al policía Domingo Chávez Condori en el Hospital de Clínicas de La Paz, ordenó a sus cómplices acabar con la vida de Nelson Choque, otro de sus custodios policiales, quien recibió dos impactos de bala y continúa recibiendo atención médica en el Hospital Obrero.
Menezez, cuyo nombre ficticio es André Luis Xavier Da Rocha, concretó su segunda fuga el 31 de enero aprovechando una salida médica fuera del penal de San Pedro de Chonchocoro, pero esta vez dejando sin vida a uno de sus custodios. Su libertad le duró solo 12 horas. La Policía lo capturó, al igual que a sus cuatro cómplices (tres connacionales suyos y un boliviano), quienes ya se encuentran, con detención preventiva, en el penal de máxima seguridad.
Sonia O. conoció, por relato de su esposo Nelson Choque, que el policía acompañó al recluso al baño, ubicado en la parte posterior del hospital. En ese lugar, tres hombres estaban esperando al brasileño y, entre todos, redujeron al custodio apuntándole con pistolas en la cabeza. El efectivo policial no tuvo más opción que obedecerlos y quitarle las esposas a Menezez.
“Ya liberado, el brasileño ordenó que le disparen con su propia arma a mi esposo y dijo: ´Hay que matarlo con su propia arma, ha dicho el brasileño, el André Da Rocha’”, declaró la esposa a Urgente.bo.
Según la declaración del policía herido, el reo y sus secuaces escaparon, mientras él los seguía, pero dos adultos mayores obstruyeron su camino. Cuando logró avanzar, al espacio entre la entrada a Oncología y Cuidados Paliativos y la cocina, Choque vio a su compañero Domingo Chávez tendido en el piso. Se acercó, tomó el arma de fuego de su camarada y siguió al sicario y a sus acompañantes, pero recibió dos impactos de bala en el abdomen.
“La situación de salud de mi esposo (Nelson Choque) es bastante delicada, los médicos le operaron y le sacaron una de las dos balas, nos han dicho que la otra está alojada cerca a la columna y están viendo si la van a sacar, si no, va a tener que vivir con la bala hasta la muerte”, lamentó la esposa.
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