Fuentes de la comunidad venezolana en Bolivia denunciaron que desde hace al menos un mes se procedió con el “desmantelamiento” de la embajada de su país, luego de la salida de Winston Flores como representante de la sede diplomática.
Indicaron que en la actualidad sólo quedan cinco personas al interior de la residencia de la embajada venezolana: el ministro consejero, el consejero político, el secretario político, un agregado militar y el jefe de seguridad.
Con base en una denuncia que llegó a Página Siete, se informó que estas personas “se encargaron de desmantelar y acabar con los bienes de la Embajada de Venezuela sin tener la acreditación correspondiente”, así como de “vender todos los bienes de dicha embajada como autos y otras cosas, dejándola sin nada”.
Un mismo documento da cuenta de que por lo menos 10 automóviles, dos motocicletas, dos lanchas y un gimnasio pertenecientes a la diplomacia del país vecino fueron vendidos por los hoy habitantes de la residencia, incluso se manifestó que uno de ellos pasó a personal del actual Gobierno.
Asimismo, se habla de que la venta de al menos seis vehículos se habría hecho por algunos funcionarios o exfuncionarios gubernamentales que ingresaron durante la gestión del Movimiento Al Socialismo (MAS).
“Fueron las personas que ayudaron a escanear los documentos de los vehículos de la embajada para luego llevarse las movilidades. Ya no queda ningún vehículo en la embajada, sólo quedan las camionetas blindadas en la residencia”, destacó la persona consultada, quien pidió mantener su nombre en reserva.
Por otra parte, vecinos de la zona en la que se encuentra la residencia denunciaron en varias ocasiones a la Policía que se llevaban a cabo fiestas ruidosas y se hacía delivery de bebidas alcohólicas a altas horas de la noche, pero aun así se hizo caso omiso al tema, según el informante.
La fuente que reveló estas irregularidades agregó que las personas que habitan en la residencia venezolana tienen una allegada oriunda de ese país, que a pesar de no tener ningún cargo cuenta con un motorizado diplomático.
Por estos días, en la residencia venezolana quedarían algunos motorizados blindados para el uso personal de quienes la habitan.
“Son varias personas que tenían esta información. Ellos saben que están cometiendo ilícitos y para que no se dé a conocer esto recurren a amenazar a la gente que sabe, que no es poca gente”, declaró la persona.
Pagina Siete
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