La tragedia tocó las puertas de siete familias que viven en el barrio San Antonio de la capital cruceña. Un incendio masivo destruyó las viviendas que habitaban dejando solos escombros y desolación.
Las lágrimas y la impotencia inundaban a los damnificados que veían cómo el fuego acababa con sus pertenencias: artefactos y muebles que eran consumidas por las llamas afectando a las paredes, que eran de madera y con techos de calamina.
Según los propios vecinos, el incendio ocurrido la tarde del jueves se inició por un juego de niños. Un pequeño manipulaba un encendedor cerca a un refrigerador, que tendría una fuga de gas, lo que provocó el estallido originando las llamas.
La precariedad de los inmuebles fue el ‘combustible perfecto’ para que el fuego se propagara de forma rápida alcanzando a tres viviendas aledañas.
El informe de Bomberos detalla que no hubo daños personales a causa de quemaduras, pero sí materiales de consideración. Piden a la población realizar mantenimientos a las conexiones en la cocina y las conexiones eléctricas para evitar infortunios.
Olla común
Este viernes, los vecinos se organizaron para cocinar alimentos en una olla común: «Es un rico locro», dijo una de las mujeres que ayudó en la preparación del almuerzo que los miembros de las nueve familias afectadas compartieron.
Para quienes deseen aportar con víveres o material de construcción a los damnificados. Se brindaron los números de teléfono 62054420- 75163475 y 62127917.
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