Su novela ‘La pasión turca’ levantó el interés por la literatura española a finales del siglo XX. La obra se publicó en 1993 y un año después se adaptó la misma para el cine por Vicente Aranda. El fallecimiento de Antonio Gala (92 años) consternó al mundo de las letras y la cultura.
A Gala se lo describe como dramaturgo, novelista, poeta y ensayista. También se caracterizó por su entusiasmo al acudir a los platós de televisión. Los últimos años conformó una fundación, identificada con su nombre, para impulsar el talento creativo en los jóvenes escritores.
Nació en Córdoba (España). Destacó por su precocidad en la escritura. A los cinco años publicó un relato corto y a los siete su primera obra teatral. Con 15 años inició los estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla y se matricula por libre en Madrid en las carreras de Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas.
Combinó sus estudios con una prolija etapa escribiendo poesía en revistas literarias de la época. Su primer libro reconocido se publicó en 1959. Con el poemario ‘Enemigo íntimo’ recibió el primer logró internacional. Desde ahí se suceden tanto los poemas como los premios literarios.
Con el éxito se le abren espacios en periódicos y revistas. Gala, como articulista, firma sus columnas en Pueblo, Sábado Gráfico, Actualidad española, El País y El Mundo.
Las novelas ‘La pasión turca’ y ‘Manuscrito carmesí’ elevan aún más el prestigio literario de Gala. Además, le permiten extender su influencia en mercados de habla no hispana. Las traducciones de sus libros se convierten en líder de ventas a inicios de la década de los 90.
Desde primeras horas del domingo, el mundo cultural español y latinoamericano lloran la muerte de Gala.
EL DEBER
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