En una noche de violencia en Guayaquil, Ecuador, cuatro niños pequeños perdieron la vida a tiros después de que una banda de sicarios ingresara por error a su hogar en el barrio carenciado de Guasmo Sur. Según las autoridades locales, las víctimas son un bebé de cinco meses y sus hermanos de tres, cinco y siete años. Los padres resultaron heridos, y la madre está hospitalizada bajo pronóstico reservado.
Acribillados por error
En una rueda de prensa, el general Víctor Herrera reveló que el ataque no iba dirigido a esa familia, sino a una casa adyacente. Los criminales se equivocaron de vivienda y objetivo, ya que las víctimas eran “una familia cristiana, cuyos adultos carecen de antecedentes penales”. La Policía, al realizar un allanamiento en la vivienda contigua, encontró material “para realizar atentados con explosivos”, sugiriendo que allí residían miembros de la banda delictiva Los Lagartos, el verdadero objetivo de los sicarios.
INFORMAMOSII
Ante el hecho violento en contra de una familia del Guasmo Sur en #GYE, nuestras unidades especializadas se encuentran realizando investigaciones que permitan dar con los responsables del suceso.
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— @PolicíaDMGZona8 (@PoliciaDMGZona8) December 12, 2023
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Se informó que los delincuentes, fuertemente armados, dispararon varias veces contra la casa familiar durante la noche, mientras los pequeños dormían. Huyeron antes de que la Policía llegara al lugar y, hasta el momento, no han sido identificados.
La Presidencia ecuatoriana condenó la masacre. A través de su cuenta de redes sociales, declararon: “Este hecho es un golpe profundo y doloroso para nuestras familias y para el país. No descansaremos hasta que los culpables paguen por estos hechos. Nunca negociaremos con asesinos y grupos narcoterroristas”.
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Ecuador atraviesa la peor crisis de inseguridad ciudadana de su historia, con una creciente ola de violencia criminal vinculada a las mafias del narcotráfico. La tasa de homicidios se ha quintuplicado en los últimos cinco años, escalando de 5,8 a 25,62 muertes violentas por cada 100.000 habitantes. En este contexto, se espera que el país cierre el año con una tasa de 40, situándolo entre las naciones más violentas de la región.