Ariel Melián transitaba el sábado en un carro acompañado por una mujer, por avenida Alem al 2700 aproximadamente y fue asesinado por Miguel Bartolomé Cajal (74) que salió de su casa portando una escopeta. Hasta aquí, existen dos versiones sobre cómo se desencadenó el homicidio. Por un lado, vecinos aseguran que la víctima se burló del acusado. Otros señalan que el hombre estaba esperando que pasara por el lugar.
Los vecinos sí coincidieron en señalar que el fallecido le habría robado alguna pertenencia al septuagenario días atrás. Hasta el cierre de esta edición, esa versión no había sido confirmada por los investigadores, ya que hasta el momento no encontraron que haya realizado alguna denuncia.
Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Monteros, Miguel Carabajal y Jorge Dib se presentó en el lugar junto a hombres del Equipo Científico de Investigación Fiscal, dirigidos por el auxiliar fiscal Alejandro López Islas. Los vecinos contaron cómo se habían desencadenado los acontecimientos y apuntaron quién había sido el autor del hecho. Realizaron guardia en su domicilio y, luego de reunir las pruebas necesarias, lo convencieron para que se entregue.

Cuando los efectivos lo estaban por trasladar a una dependencia policial, los familiares y allegados de la víctima intentaron lesionarlo y, como no pudieron, comenzaron a arrojar piedras en contra de él, su casa y el móvil policial que había sido estacionado para su traslado. La rápida intervención de un cuerpo de infantería evitó que las cosas pasaran a mayores. El fiscal Ignacio López Bustos, que subroga a su par Carlos Sale, convalidó la aprehensión.
“El muerto es conocido en el barrio. Es el típico ‘chango’ que anda buscando qué robar, lo que sea”, explicó Esteban Lencina. “Pero tampoco se puede reaccionar así. El hombre salió de su casa con el arma lista, no sé que le dijo y le reventó la cabeza de un escopetazo.»
Tucumán Noticias



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